Durante el embarazo los senos cambian para prepararse para la lactancia materna y, una vez se da a luz, existen nuevos cambios que implican una serie de cuidados para evitar molestias y daños en los senos.
La mayoría de mujeres experimentan el aumento de tamaño de los pezones y estos se vuelven más sensibles durante el embarazo, y un recién nacido puede llegar a alimentarse hasta 13 veces al día en tomas largas de hasta una hora.
La combinación de succión, presión y saliva puede ocasionar dolor en los pezones.
Se debe aclarar que cada mujer vive la lactancia de una manera diferente. La gran mayoría experimenta un poco de dolor o sensibilidad en los pechos cuando el bebé se aferra a ellos por primera vez, algo que se atenuará cuando el bebé y la madre se acostumbren a la lactancia.
Sin embargo, si en todas o en la mayoría de tomas de pecho se siente molestia y dolor es mejor pedir ayuda a un experto.
Razones comunes de las molestias en los senos durante la lactancia
Algunas de las razones más comunes por las que existe dolor de pechos y pezones irritados durante la lactancia son:
Agarre suelto. Cuando el bebé no tiene suficiente contacto del pecho en su boca cuando se alimenta, este terminar chupando el pezón, lo que lo irrita y causa dolor.
Pezones invertidos. Muchas mujeres tienen pezones invertidos o protráctiles, lo cual hace más difícil la tarea de amamantar.
Mastitis y candidiasis bucal. Algunas madres que experimentan infecciones como la mastitis o candidiasis bucal sufren de dolor al momento de dar pecho.
Lengua anclada. Se produce cuando la franja de piel que conecta la lengua del bebé con la base de la lengua es más corta de lo usual y el menor experimenta dificultad de agarre.
Consejos para cuidar los senos durante la lactancia
Para cuidar los senos es importante establecer una rutina que permita su revisión regular. Esta es una serie de cuidados para evitar molestias y daños en los pechos durante la lactancia:
Sostén de lactancia. El usar un sostén ayuda a algunas mujeres, incluso por la noche. Este debe quedar adecuadamente y no ser demasiado ajustado. Estos hacen más prácticos y cómodos los momentos de lactancia. Se recomienda que sea de fibras naturales como el algodón para que permita transpirar a la piel.
Estar cómoda. El utilizar ropa apretada y sujetadores con varillas suele generar molestias y bloquear los conductos de leche, también aumenta el riesgo de infecciones mamarias.
Almohadillas protectoras. Si se sufre de escurrimientos de leche se pueden usar discos o almohadillas protectoras. Se recomienda cambiarlos con regularidad para evitar que la humedad produzca grietas o una infección.
Ducha diaria e hidratación. Para limpiar los pezones se debe utilizar solo agua. El uso de jabón puede eliminar los lubricantes naturales que producen las glándulas que rodean los pezones, pero se puede optar por uno especial con pH neutro. Luego de la ducha es importante hidratar lo senos para evitar la aparición de estrías e irritaciones.
Es contraindicatorio el lavar demasiado los senos.
Buen agarre. Es necesario que el bebé tenga un enganche correcto con el pecho, para evitar grietas o dolor.
Un buen agarre se caracteriza por: Boca muy abierta, toma gran parte de la areola, labios evertidos (hacia afuera), barbilla pegada al pecho de la madre; así como la cabeza y cuerpo del bebé alineados.
Exfoliar los pechos. Se recomienda cada diez días exfoliar los pechos para eliminar las células muertas y regenerar la piel. Es importante evitar los pezones, pues esa piel está sensible.
Masajes. Realizar masajes regulares en las mamas facilita la bajada de leche y previene obstrucciones de conductos o mastitis.
Se recomienda que se realicen en movimientos circulares alrededor de la areola, presionando con fuerza moderada y sin tallar la piel. Estos masajes son ideales justo antes de amamantar.
Vaciar la leche. Si el bebé no vacía bien algún pecho, la madre puede usar un aparato para completar el vaciado. Esto evita ingurgitaciones.
Posturas de lactancia. La madre puede probar las diferentes posturas de lactancia que existen. Ninguna es mejor que otra, pero se debe buscar aquella que haga de la lactancia un momento cómodo.
Hidratar los pezones. Existen cremas especiales para pezones, siempre y cuando estas sean aptas para el bebé. Se sugiere las que tienen lanolina, verdolaga esencia de mentol. Es importante que estas se coloquen después de limpiar el pezón al terminar de alimentar al bebé para que la piel pueda absorberla antes de la siguiente toma.
¿Cuándo se debe acudir al médico?
Si se experimenta uno de estos síntomas es importante acudir al médico, pues podrían ser indicativos de mastitis, obstrucción, infección, u otro.
- Fiebre.
- Escalofríos.
- Cansancio excesivo.
- Senos rojos, inflamados, duros y calientes al tacto.
- Mucho dolor en el seno o el pezón.
- Congestión mamaria que no mejora después de 24 horas.
- Pezones secos, agrietados y/o sangrantes que no mejoran.
Notas recomendadas:
Cuidados dentales que necesitan los niños con labio leporino
Golpe de calor: Síntomas y tratamiento
Se quitó lo que creía era un grano en la punta de la nariz, pero resultó ser cáncer