Se conoce como golpe de calor a un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, por lo general a consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas o de realizar esfuerzo físico en altas temperaturas.
No muchos conocen, pero este trastorno es la forma más grave de lesión por calor y se presenta cuando el cuerpo alcanza los 40 °C o más. Suele ser bastante frecuente en los meses de verano.
Este trastorno requiere tratamiento de urgencia, pues de no atenderse puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos. El daño empeora cuanto más se retrase el tratamiento y aumenta el riesgo de sufrir complicaciones graves o la muerte.
Síntomas de un golpe de calor
- Temperatura corporal igual o superior a los 40 °C.
- Piel roja, caliente y seca. La persona no puede transpirar.
- Respiración y frecuencia cardiaca acelerada.
- Dolor palpitante de cabeza.
- Alteración del estado mental y del comportamiento. La persona puede experimentar vértigos, mareos, desorientación, delirio, confusión o pérdida de conocimiento.
- Convulsiones.
Las personas más vulnerables a sufrir un golpe de calor son los menores de cinco años, los niños con enfermedades crónicas, niños con diarrea, niños con obesidad o desnutrición, así como personas con la piel quemada por el sol.
Las personas que consumen medicamentos vasoconstrictores, diuréticos, antidepresivos o antipsicóticos, también tienen riesgo de sufrir este trastorno.
¿Cómo actuar si alguien sufre un golpe de calor?
El primer paso siempre será llamar a un servicio de emergencia, y luego se pueden realizar estos primeros auxilios:
Ir a un lugar con sombra o aire acondicionado. Si se está en un lugar techado se puede ir a un lugar fresco al aire libre. Es importante mantenerse alejado de la luz solar directa.
Utilizar sábanas húmedas y un ventilador. Otra forma de refrescarse o refrescar a una persona es cubriéndola con sábanas húmedas o rociándola con agua fría. También funciona colocar a la persona frente a un ventilador para que reciba aire.
Tomar una ducha. El tomar una ducha o un baño frío funciona, al igual que remojarse en un río o una piscina con agua fresca.
Rehidratarse. Beber mucho líquido y además alguna bebida deportiva para reponer las sales. Evitar consumir bebidas azucaradas o alcohólicas para volver a hidratarse, pues estas infieren en la capacidad del cuerpo para controlar la temperatura.
En caso de ser un bebé se debe dar leche materna.
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