La alfalfa (Medicago sativa) es una planta leguminosa que en medicina natural se recomienda a las mujeres en periodo de lactancia. Esta leguminosa ha sido catalogada como “galactagogo natural”, es decir, un potenciador de la lactancia.
Esta planta ha sido utilizada por años en la medicina tradicional por ser una fuente de compuestos bioactivos, que incluyen ácidos grasos, fitoestrógenos, antioxidantes, vitaminas, minerales y proteínas.
Las hojas y las raíces de esta planta se utilizan para la elaboración de suplementos herbales. Mientras que las semillas se utilizan para la alimentación.
Una revisión que se compartió en Pharmaceutical Biology, señal que los fitoconstituyentes presentes en la alfalfa le confieren diversas propiedades.
Entre las propiedades de la alfalfa se encuentran:
¿Por qué la alfalfa ayuda a incrementar la producción de leche materna?
Se señala que su contenido fitoestrógeno está implicado en el efecto galactagogo, lo que influye en el aumento de producción de leche materna.
Debido a que no existen estudios científicos específicos al respecto, no se puede afirmar que este alimento sea capaz de reemplazar la evaluación y el asesoramiento de un médico.
Contraindicaciones
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) considera que la alfalfa es un alimento seguro para la mayoría de los casos. Únicamente se advierte que la L-canavanina estimula el sistema inmunitario y tiende a ser perjudicial en personas que sufren de lupus eritematoso sistémico.
Debido a que representa un riesgo bajo, para la salud de la madre y del bebé, su consumo no está prohibido para quienes desean estimular la lactancia.
Se recomienda un consumo moderado, ocasional y no crónico.