El reflujo gástrico ocurre cuando se devuelve líquido o comida por la boca, y este problema puede llegar a presentarse en un menor, por ello ¿cómo saber si mi hijo sufre de este problema?
Este problema ocurre cuando el contenido estomacal retrocede del estómago hasta llegar al esófago, conducto que conecta la boca con el estómago.
Un bebé sano puede llegar a presentarse varias veces por día. Sin embargo, a medida que crece el niño este debe volverse menos frecuente y no es habitual que continúe después de los 18 meses.
El reflujo gastroesofágico (RGE) usualmente comienza a las 2 o 3 semanas de vida y el máximo llega entre los 4 y 5 meses.
El RGE desaparece a medida que el tracto digestivo superior comienza a madurar. También influye el control de la cabeza y sentarse, así como la instrucción a los alimentos sólidos.
Cómo saber si mi hijo sufre de reflujo gástrico
Una forma de determinar si un bebé sufre de reflujo es por las bocanadas que este expulsa después de comer, como si no hubiera digerido bien el alimento.
- El bebé no presenta mal humor o no parece tener dolor al regurgitar.
- El menor parece sentirse mejor al regurgitar.
- Tiene una alimentación interrumpida o alimentaciones prolongadas ocasionales.
¿Cuándo debe preocuparse un padre?
Si el habitual RGE se convierte en la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE) la mucosa del estómago del bebé y las paredes pueden sufrir daños a causa de los ácidos estomacales.
En este caso es necesario verificar si el meno presenta estos síntomas:
- Llora al regurgitar.
- Está especialmente irritable.
- Rechaza la comida.
- Tiene dificultad para ganar peso.
- Vomita más de lo habitual y en gran cantidad.
¿Cómo se trata el reflujo gástrico?
No existe una solución rápida, y los médicos suelen recomendar que se tengan cambios en el estilo de vida o medicamento de los menores. En algunos casos incluso se recomienda una cirugía.
Entre los cambios en el estilo de vida para reducir los síntomas del RGE y ERGE se encuentra:
- Hacer eructar al bebé en las pausas naturales durante la alimentación.
- Una postura recta por hasta treinta minutos luego de comer.
- Alimentar al bebé con cantidades más pequeñas y con mayor frecuencia.
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