Para tratar de manera oportuna a un gato es necesario conocer las señales que dan cuando están enfermos.
Cada gato tiene su propio temperamento, pero todos comparten que a lo largo del día realizan cuatro actividades básicas: comer, dormir, acicalarse e ir al baño.
Los dueños de los gatos saben cuál es el temperamento de su mascota; sin embargo, estos no suelen modificar su comportamiento con los primeros signos de enfermedad, sino solo cuando la dolencia es severa.
5 señales de que tu gato podría estar enfermo
Para saber si un gato se encuentra enfermo hay que observar todo: desde su pelo hasta el uso del arenero.
1. Horas de sueño
Por lo general, los gatos duermen 16 horas al día.
Sin embargo, cuando los gatos comienzan a dormir en exceso es una señal que están enfermos.
También debe alertar a los dueños encontrar durmiendo al gato en lugares no habituales como la caja de arena.
2. Falta de apetito
Si el gato se muestra apático ante la comida, aún cuando es algo que le gusta, se debe mantenerlo vigilado.
Los gatos que pasan más de dos días sin comer pueden sufrir una lipidosis hepática, también conocida como enfermedad hepática grasa, lo cual puede causar problemas en el hígado.
Si un gato se ve cansado en exceso, tanto que no le permita comer o se niega a alimentarse es importante acudir con urgencia al veterinario, pues podría sufrir insuficiencia hepática.
3. Orinar fuera del arenero
Los gatos son animales sumamente limpios. Muchos de ellos se niegan a usar el arenero cuando este se encuentra sucio.
Sin embargo, cuando el arenero está limpio y el gato orina fuera de él como en camas o sofás, podría indicar que sufre de una infección urinaria. Claro, si el gato ya está esterilizado.
Otra forma de ver si sufre de cálculos urinarios o renales es que cuando el animal acude al arenero adopta una postura extraña al orinar o realiza mucho esfuerzo y apenas sale orina o se perciben rastros de sangre.
La obstrucción de la uretra es un problema que se debe tratar con urgencia.
4. Pérdida de pelo
Los gatos pasan buena parte del día acicalándose para mantenerse limpios y eliminar el pelo muerto. Sin embargo, cuando comienzan a perder pelo en exceso se debe vigilar.
Si la piel que queda al descubierto es escamosa, puede tratarse de tiña, una infección cutánea que se puede transmitir a los humanos, pero que es fácil de tratar.
También podría perder el pelo como reacción alérgica a las pulgas.
El acicalamiento excesivo también puede deberse a la alopecia psicológica felina.
5. Vómito
Un problema del acicalamiento es que se producen bolas de pelo.
Esto puede generar una obstrucción intestinal, algo doloroso y potencialmente mortal.
Si el gato vomita frecuentemente bolas de pelo y en algún momento llega a vomitar todo lo que come es importante llevarlo al veterinario.
Estar al tanto del comportamiento del nuestra mascota es decisivo al momento de necesitar tratamiento veterinario.