Las súplicas de “no peleen” que se escucha a algunas pasajeras pronunciar fueron inútiles para detener los golpes e insultos entre pilotos de buses de transporte público en Quiché. Los hombres se bajaron de sus vehículos y en medio de la calle se propinaron patadas, bofetadas y jaloneos, ante la atenta mirada de curiosos que no podía salir de su asombro y grabar el momento.