A través de un programa radial de Nueva Zelanda, un joven llamado Callum explicó cómo sus hermanas decidieron jugarle una “broma” a sus padres al decirles que él había fallecido, algo que creyeron por seis meses.
Callum comentó que no tenía una buena relación con sus padres, lo que le llevó a mudarse a Wellington.
Un día, la hermana mayor llamó a los padres para comunicarles que Callum había muerto.
Las hermanas inventaron que el funeral de Callum ya había culminado y que su exnovia no los había invitado porque “no los querían ahí”.
De esta manera pasaron seis meses.
“Estaba ocupado con la vida y el trabajo y luego pensé, espera, hace tiempo que no tengo noticias de mis padres. Me pregunto qué está pasando”, explicó el joven.
Así que cuando llamó a sus padres ocurrió algo que lo dejó helado, pues supo que durante todo ese tiempo creían que él había muerto apuñalado.
“Mi mamá estaba completamente llorando y mi papá estaba un poco atónito; estaba como ‘¿qué carajo está pasando?’”.
Tras esa llamada, Callum tuvo que visitar a sus padres para demostrarles que realmente estaba vivo.
Los locutores quisieron indagar y le preguntaron por qué sus padres aceptaron tan fácilmente su fallecimiento.
Callum explicó que supusieron que había muerto debido a que él no se comunicaba con frecuencia.