Una verdadera pesadilla. Lo que debió ser una cita de rutina con el dentista terminó en el quirófano para salvarle la vida a Sara, una niña de cuatro años de edad que presentaba una aguja en el cerebro tras ser atendida para que le curen una caries.
El hecho reportado en Barcelona, España, da cuenta de cómo una presunta negligencia médica casi le cuesta la vida a la niña. Aparentemente, la aguja de la anestesia quedó introducida en la encía de la menor y se introdujo en el sistema nervioso hasta llegar al cerebro en poco tiempo.
Ante el terror de las consecuencias, los padres de Sara la trasladaron hasta el Hospital Sant Joan de Déu de la misma ciudad donde finalmente tuvo que ser intervenida para que le extraigan el metal.