Fue por lana y quedó trasquilada. Una mujer, conocida en una zona de peluquerías de Ezeiza, Argentina, como mala cliente, pues tendría la costumbre de acudir a los centros estéticos para aprovechar los servicios y no pagar argumentando que le hackearon la cuenta de la billetera electrónica.
Pero como no hay crimen perfecto, el último fin de semana fue advertida por una de las estilistas a las que habría estafado y una compañera de esta alertó el hecho por lo que la mujer no tuvo más remedio que dejarse cortar todas las trenzas africanas que se había hecho durante horas.