Carla Bellucci, una influyente figura de las redes sociales en Inglaterra, ha desatado controversia al revelar que planea cobrar por la cena navideña. Ella comentó que le cobraría a cada uno de sus familiares la suma de 150 libras esterlinas (unos mil 486 quetzales) por cada platillo.
La influencer de 42 años argumenta que cocinar para una extensa lista de 15 personas es una tarea que merece una compensación. Según sus palabras, hacer los preparativos implica no solo una inversión financiera, sino también tiempo y esfuerzo considerables.
En una entrevista, Bellucci explicó: “Alimentar a la gente no es barato, y preparar una buena comida lleva mucho tiempo. Si buscas calidad, debes estar dispuesto a pagar por ella. No sería más económico ir a un restaurante o un hotel para una comida navideña, así que ¿por qué debería asumir yo los costos?”
La tarifa de 150 libras incluirá una cena completa con un plato principal de pavo y una copa de champán. Para aquellos que deseen consumir más alcohol, se les permite llevar sus propias bebidas adicionales.
Además, Bellucci establecerá un horario estricto para el evento. Los familiares podrán llegar a partir de las dos de la tarde y deberán abandonar la reunión a más tardar a las 10 de la noche. La influencer incluso planea tener la televisión encendida para que los invitados puedan escuchar el discurso navideño del Rey a las 15:00 horas.
La polémica se desató, pues el cobro de la cena navideña se convertiría en un negocio:
Bellucci defendió su decisión argumentando que el dinero recaudado por la cena no solo cubrirá los gastos de los ingredientes, sino que también buscará obtener beneficios adicionales. “Todo lo que hago es por dinero, y mi familia lo comprende”, afirmó.
Sin embargo, esta peculiar iniciativa no ha sido bien recibida por todos los miembros de su familia. Algunos han declinado la invitación debido al desagrado por el cobro. Ante las críticas, Bellucci sostiene su posición, insistiendo en que “si buscas calidad, debes estar dispuesto a pagar por ello”.
Esta no es la primera vez que Carla Bellucci genera controversia; en el pasado admitió haber fingido una depresión para obtener una rinoplastia gratuita. Asimismo, ella anunció que vendería sus implantes mamarios a sus seguidores por un mínimo de 11,000 euros.