En Suchitepéquez, un grupo de cuatro individuos sembró el terror entre las mujeres al fingir ser mototaxistas para cometer una serie de abusos sexuales. Estos hombres, acusados de aproximadamente 50 violaciones en el departamento, operaban de la misma manera.
Bajo la apariencia de ofrecer servicios de mototaxi, los abusadores comenzaban el trayecto en la ruta correcta. Sin embargo, al adentrarse en puntos desolados, sacaban armas de fuego o armas blancas y, bajo amenazas, obligaban a sus pasajeras a descender de la moto para perpetrar los abusos. Incluso, mantenían sus cascos puestos para evitar ser identificados.
Una vez consumado el delito, robaban las pertenencias de las víctimas, especialmente sus teléfonos celulares, y documentaban la atrocidad mediante fotografías o vídeos. Este infierno lo vivieron alrededor de 50 mujeres en un período de 24 meses.
Las edades de las víctimas oscilaban entre los 15 y los 42 años, mostrando que los abusadores no elegían a sus víctimas según una edad específica. El terror, la desesperación y la impotencia eran palpables en los testimonios de las mujeres abusadas.
Los hombres finalmente fueron capturados.