Tanto Guatemala como Honduras y El Salvador, son países golpeados por la violencia que en gran parte generan las pandillas. Por ello, cuando la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó el estado de excepción el pasado 27 de marzo, cientos de pandilleros comenzaron a migrar a otros países del Triángulo Norte.
Uno de las consecuencias más preocupantes para el Gobierno de Guatemala es el aumento en el índice de la criminalidad en nuestro país a causa de la migración de delincuentes.
Guatemala comparte 203 kilómetros de frontera con El Salvador; muchos puntos se utilizan para el cruce no regulado de personas.
Con el fin de evitar el aumento de la incidencia de pandilleros, las autoridades iniciaron el control de las fronteras con El Salvador.
El equipo de Expedientes viajó hasta Jutiapa con el fin de conocer algunos de los puntos ciegos en la frontera. Uno de esos puntos se encuentra en la aldea Las Flores, Pedro de Alvarado, Moyuta.
Otra de la zona limítrofe visitada es la comunidad Escarbaderos. Este lugar llamó la atención de los investigadores es la personas tienen la facilidad de cruzar de un país a otro aún cuando existe un puesto de inspección.
Carlos Pérez Cheguen, Juez del Tribunal de Sentencia de Mayor Riesgo, entrevistado por el equipo de Expedientes, señaló que no interesa cuántas personas lleguen a ser sentenciadas, sino que estas detenciones y condenas reducen una incidencia criminal en una región.