El robo de celulares inicia un ciclo criminal, pero qué ocurre con estos aparatos y más importante, qué consecuencias sufren quienes están involucradas en estos actos.
El equipo de Expedientes entrevistó a Andrea, una joven madre que hace dos años estuvo a punto de perder la vida en un asalto a mano armada. Ella recuerda que junto a su hija abordó un bus 40R, el cuál dos hombres asaltaron. Andrea perdió su celular y el dinero que llevaba, por fortuna, ni ella ni su hija resultaron lesionadas.
El teléfono que robaron en esa oportunidad a Andrea, es probable que haya entrado en un ciclo criminal, pues tras serle arrebatado podría haber llegado a un mercado clandestino.
Los teléfonos que venden al mercado ilegal deben pasar por un proceso: desbloquear, limpiar y vender.
El experto en tecnología y seguridad, Leonardo Ruiz, explicó al equipo investigativo que los celulares robados tienen diversos fines, entre ellos el proveer aparatos de comunicación a pandillas u otros criminales, otros son vendidos para repuestos.
El último escalón de este ciclo criminal es precisamente la venta de las tarjetas SIM, durante el cual no se solicita ninguna identificación a quienes las compran, incumpliendo con la Ley de Equipos Terminales Móviles.
El equipo de Expedientes evidenció cómo algunos vendedores de tarjetas SIM no exigen que se presente el DPI para la compra, e incluso uno de ellos utiliza un DPI de una persona desconocida para registrar las compras.
Conozca más detalles de esta investigación en el siguiente video.