Muchos de los crímenes que ocurren en Guatemala quedan sin resolver y las familias quedan sin una respuesta.
El equipo de Expedientes visitó a dos familias para conocer la historia de quienes perdieron.
Ricardo de Jesús Huertas López es una de las víctimas. Sus padres recuerdan que el joven pasaba gran parte de su tiempo jugando fútbol. Sus amigos lo recuerdan como una persona callada, pero de gran corazón. Un día después de celebrar sus 31 años, fue a la cancha y tras un partido observó a un conocido discutir con su esposa, por lo que decidió intervenir.
“Chicho” terminó recibiendo una amenaza por parte del hombre, y poco después su hijo y uno de sus amigos comenzaron a buscar la joven. Los amigos indican que “Chicho” murió por los múltiples golpes que recibió en el cráneo.
Este crimen dejó en orfandad a dos niñas, y mucha frustración en la familia, pues aún no tienen respuesta por la muerte de Ricardo.
Para muchos, la justicia para sus familiares tarda años en llegar. Ese es el caso de Julio Nicolás Vásquez Tiú, un niño de 11 años que recibió un impacto de bala a pocos metros de su vivienda en Chinautla Viejo.
La familia asegura saber quién fue el responsable de la muerte de Julio Nicolás. A cuatro años de la denuncia, “Chelo” sigue libre.
Un informe del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) señala que entre enero y mayo de este año, 1,609 personas fueron asesinadas en Guatemala, de ellas 1,310 eran hombres y 297 mujeres.