El escalofriante descubrimiento se llevó a cabo en Almaty, al sur de Kazajstán.
Un bebé recién nacido –se cree que de pocos minutos de edad-, se retorcía y lloraba,
entre excrementos humanos en el pozo de un baño antiguo.
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Los médicos creen que la madre podría haber dado a luz en cuclillas y cortado ella
misma el cordón umbilical.
El pequeño fue escuchado por unos viajeros que hicieron un desvío para ir al servicio
público sanitario, al lado de la carretera.
Los rescatistas rompieron varias pulgadas de concreto, vadearon a través de los restos
y basura para llegar hasta el bebé.
Un portavoz del hospital al que fue trasladado el bebé dijo: “La condición del bebé es
buena y saludable”.
La policía busca a la madre, ya que creen que necesita urgente atención médica, luego
de dejar al bebé para que muriera.