El presidente Donald Trump defendió el envío de tropas a Los Ángeles, argumentando que evitaron que la ciudad “ardiera” tras protestas violentas por redadas migratorias.
Durante tres noches, manifestantes incendiaron vehículos y saquearon tiendas, mientras agentes respondían con gases lacrimógenos.
El mandatario desplegó 700 marines y 4,000 guardias nacionales, pese a la oposición del gobernador californiano, quien consideró la medida excesiva.