Entre quienes buscan evitar el deterioro cognitivo y el Alzhéimer, existen tres alimentos que tienen prohibidos.
Kioko Rubí Guzmán, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) explica que una mala alimentación afecta la salud cerebral, y esto puede reflejarse en padecimientos mentales.
Es importante alimentarse de manera saludable debido a la necesidad energética del organismo para realizar funciones básicas, pero también aporta los nutrientes necesarios del cerebro.
“Ciertos alimentos, especialmente aquellos ricos en omega-3, aminoácidos, vitaminas y minerales, proporcionan el combustible esencial para la producción de neurotransmisores, las sustancias químicas del cerebro que transmiten mensajes y juegan roles clave en regular cómo nos sentimos. Entre estos, la serotonina y la dopamina son fundamentales para experimentar sensaciones de felicidad y motivación”, explicó Emilia Caro, bióloga molecular, directora ejecutiva de GEDYT a Infobae.
Y de a cuerdo con la doctora Uma Naidoo, autora de Este es tu cerebro en la comida (‘This is your brain on food’) estudiaron cómo las bacterias intestinales pueden llegar a causar inflamación cerebral y afectar la memoria y la concentración.
3 alimentos “prohibidos” para evitar el Alzhéimer
Ultraprocesados y gaseosas
Aunque el cerebro utiliza energía en forma de glucosa, cuando una dieta está compuesta por demasiada azúcar ocurre un exceso que de acuerdo con algunos estudios, produce problemas de memoria y menos plasticidad del hipocampo, donde se controla la memoria a largo plazo.
En cuanto a los alimentos ultraprocesados, estos suelen añadir azúcares y conservadores para potenciar el sabor, por lo que terminan causando un exceso de azúcar.
Hay estudios en los que se muestra que quienes suelen consumir gaseosas y ultraprocesados tienen una mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 o un aumento de peso.
Alimentos fritos
Pese a lo delicioso que son los alimentos fritos, estos no son positivos para el organismo.
El problema no son los alimentos en sí, sino la forma en la que se prepararon, es decir, la fritura.
Cuando se suelen consumir frecuentemente alimentos fritos, los vasos sanguíneos terminan dañándose, y recordemos que estos son los responsables de suministrar sangre al cerebro. A su vez causa afectaciones en la memoria y capacidad de aprendizaje.
Otra investigación señaló que una dieta alta en alimentos fritos podría influir en que una persona desarrolle depresión en su vida.
Alcohol
Se ha señalado que existe un vínculo directo entre el consumo de alcohol y la demencia.
British Medical Journal publicó en 2018 un estudio que reveló que las personas que tienen un consumo constante de alcohol tienen mayor riesgo de demencia en comparación con quienes beben alcohol con moderación.
Se señala que entre más alcohol se consume, menor tamaño tiene el cerebro.