El síndrome del niño burbuja es un trastorno descubierto hace más de cincuenta años. Los infantes que lo padecen presentan infecciones severas y de diversa índole. Su nombre deriva de una deficiencia del sistema inmunológico de los pequeños al nacer, que por ende hace que su entorno lo afecte por completo.
Los infantes que nacen con el Síndrome de Inmunodeficiencia Combinada Severa —SCID, o también denominada síndrome del niño burbuja— suelen presentar una disfunción intensa por la carencia de linfocitos T. Este tipo de células son las encargadas de ofrecer al pequeño inmunidad adaptativa celular y humoral.
Síntomas:
Entre los síntomas más comunes que suelen aparecer en las primeras semanas de vida, se encuentran:
Numerosas infecciones:
Se dan durante las primeras semanas de vida y pueden ser realmente graves. Entre ellas se encuentran la neumonía, meningitis, sepsis, entre otras.
Diarrea crónica y persistente:
Se presenta por la mala absorción a causa de las infecciones. Este síntoma origina deshidratación y pérdida de peso, lo que puede poner en riesgo la salud del bebé.
Erupción en la piel:
Es el primer síntoma que aparece, aunque al momento de nacer este síndrome puede ser asintomático. Suele ser eritematosa y manifestarse en todo el cuerpo del pequeño.
Foto: indice.eu
Afecciones neurológicas:
Entre estas complicaciones que se presentan con más frecuencia en los neonatos con este trastorno, se pueden mencionar la sordera y los problemas visuales.
Terapias:
Existen diversos métodos para abordar esta enfermedad. Los más frecuentes son:
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Trasplante de células madre:
Se consideran muy efectivas si la aplicación del trasplante se lleva a cabo antes de los primeros seis meses de vida. Si este tratamiento se aplica durante los tres primeros meses de vida, el niño tiene muchísimas posibilidades de sobrevivir.
Terapias de sustitución:
Suelen utilizarse a nivel de las enzimas, específicamente cuando existe deficiencia de Adenosina deaminasa. En estos casos, se inyecta la enzima combinado con polietienglicol, lo que suele paliar los efectos de la afección; no obstante, es un tratamiento costoso.
Terapia génica:
Esta terapia presenta ventajas en cuanto al crecimiento selectivo de las células que se transfieren. Actualmente, se ha aplicado en muchos pacientes y los resultados han sido satisfactorios.
Foto: s03.s3c.es/imag
Tomado de: eresmama.com