En un giro inesperado, Miran, consumido por los celos, decide secuestrar a Reyyan. Este acto desata la furia de Azat, quien no duda en responder secuestrando a Gonul, la esposa de Miran.

¿Podrá Azat lograr que su amada Reyyan regrese a sus brazos? ¿O acaso este torbellino de emociones cambiará el destino de todos?
La trama se complica aún más en este capítulo, donde los celos de Miran encienden la chispa de un conflicto explosivo entre las familias Aslanbey y Sadoğlu.

Cuando parecía que la calma había regresado y un acuerdo entre ambas familias era posible, la tormentosa relación entre Miran y Reyyan resurge con más fuerza que nunca, llevando la historia a un punto crítico.
¡Lo impensable sucede! Miran secuestra a Reyyan, y Azat, impulsado por la desesperación, arrebata a Gonul, la esposa de Miran. La tensión se vuelve insoportable. Mientras la familia Aslanbey, liderada por la implacable Azize, moviliza a todos sus hombres para encontrar a Gonul, Hazar, el padre de Reyyan, irrumpe en la mansión Aslanbey, exigiendo la liberación de su hija con un arma en mano. Pero la sorpresa no termina ahí: la madre de Gönül revela que Miran es el verdadero culpable del secuestro de Reyyan.
Ajeno a la creciente tensión, Miran lleva a Reyyan a su cabaña, donde intentan crear un ambiente romántico, ajenos a la tormenta que se avecina.
Pero la felicidad es efímera. Azat, aliado con Gönül, la esposa de Miran, acechan desde las sombras, esperando el momento oportuno para rescatar a Reyyan. Cuando Miran sale a buscar provisiones, Gönül entra en acción, tratando de convencer a Reyyan de regresar a su lado.
En un despliegue de maldad, Gönül revela un secreto impactante: ¡ella es la esposa de Miran!

Al regresar, Miran se encuentra con una escena dantesca: Gönül apuñalada yace en el suelo. En un último aliento, Gönül acusa a Reyyan de haberla atacado antes de huir. La situación se descontrola por completo. Reyyan, al descubrir la traición de Gönül, suplica a Azat que la lleve de vuelta a la cabaña para confrontar a Miran.
Pero el destino tenía otros planes. En medio de una discusión acalorada, el auto de Azat y Reyyan vuelca, dejándolos gravemente heridos.
Reyyan es llevada de urgencia a un hospital, mientras Miran traslada a Gönül, debatiéndose entre la vida y la muerte. La tragedia se cierne sobre todos. Miran, ciego de ira, culpa a Azat de lo sucedido, mientras que Azize, con su frialdad característica, informa a la madre de Gönül sobre el estado crítico de su hija.
¿Qué sucederá ahora? ¿Podrán Reyyan y Miran superar esta nueva prueba? ¿O acaso sus destinos estarán marcados por la tragedia y el rencor?
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