Para poder repartir regalos entre los niños del Amazonas de Brasil, Santa Claus debe desplazarse en una gran lancha a motor.
Esta sorpresa para muchos niños de las comunidades pobres de “Ribeirinhos”, es una operación que realiza la asociación denominada ‘Amigos do Papai Noel’.
Jorge Alberto, de 57 años, es quien utiliza el grueso traje, gorro y barba postiza, pese al calor sofocante, y viaja durante tres horas para llevar un poco de felicidad a quienes viven en las zonas más aisladas.
“No podemos cambiar el mundo, pero podemos hacer sonreír a los niños en Navidad”, comentó Alberto.
“Nuestro desafío es llegar a donde nadie va. No solo venimos a repartir regalos, venimos a traer alegría”, explicó a un medio local Denise Kassama, quien es coordinadora de este proyecto.
Cada año, este grupo se pone una meta para llevar felicidad al mayor número de niños posibles. Antes de la llegada de la Navidad 2021, estos voluntarios esperan beneficiar a cuatro mil niños.