El Papa Francisco enfrenta una batalla crítica contra una neumonía bilateral, que ha empeorado debido a sus históricas deficiencias pulmonares, manteniéndolo hospitalizado desde el 14 de febrero.
Aunque los informes médicos indican que su pronóstico es reservado, el sumo pontífice envió un mensaje de esperanza y agradecimiento, destacando el apoyo recibido de fieles, especialmente de niños.
Fieles católicos en Roma, el Vaticano y Argentina se han unido en oración, mientras el Vaticano confirmó que tiene una carta de renuncia en caso de complicaciones graves.