Muchos comemos nuestras 12 uvas una vez que se llega a la medianoche del 1 de enero, pero ¿acaso se sabe por qué se realiza esta práctica? Y es que se trata de una tradición que nace de viticultores alicantinos (España) a inicios del Siglo XX, tras una cosecha masiva de este fruto que haciendo referencia a la abundancia y prosperidad, muchos empezaron a congregarse en distintas plazas para realizar esta actividad.