Stefan Mandel es un matemático rumano que consiguió ganar millones de dólares a partir de una fórmula que él diseñó y perfeccionó haciendo uso de su habilidad con los números en la lotería.
En los años 50, mientras trabajaba como economista en Rumania, Mandel se interesó en desarrollar un método matemático con el que pudiera ganar dinero. Tras varios cálculos, consiguió descubrir que una serie de combinaciones de operaciones le permitía predecir cinco de los seis números ganadores.
Este matemático ideó y perferccionó una fórmula que le permitió ganar grandes premios de la lotería. | Foto: La RepúblicaCuando estuvo casi seguro de su éxito lo llevó a prueba junto con tres de sus amigos. Mandel buscaba ganar el segundo premio, pues solo necesitaba cinco aciertos, sin embargo, los cuatro participantes terminaron por llevarse el premio mayor.
Con lo ganado, Mandel inició una vida en Australia, en donde también intentó probar su fórmula. Sin embargo, por ser un sistema diferente, ideó otro plan: conseguir el mayor número de boletos posibles con combinaciones distintas.
Foto: MarcaDe esa manera consiguió ganar 12 premios de lotería. Y con esas ganancias inició un fondo de inversión legal en el que empleaba su fórmula para ganar la lotería y repartir los beneficios entre quienes ganaran.
Su ingenio lo llevó a Estados Unidos en donde consiguió varios premios gordos que le hicieron ganar cerca de 30 millones de dólares. Sin embargo, lo que no pudo prever fue la investigación que el FBI y la CIA iniciaron.
Foto: ynetespañolAl descubrir lo que hacía las autoridades de Estados Unidos cambiaron las normas de sus sorteos, limitando el número de boletos que puede adquirir una persona.
En 1995 Mandel emigró a Israel, nuevamente intentó poner a prueba su fórmula, pero las autoridades ya estaban alerta a sus movimientos. En 2014 fue condenado a 10 meses de prisión y una multa de casi 30 mil dólares.
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En la actualidad se desconoce qué es de la vida de Mandel, sin embargo, muchos especulan que se encuentra en Vanuatu disfrutando de su fortuna.
Fuente: El Comercio
