El pasado 12 de enero el volcán submarino Hunga-Tonga-Hunga-Ha’apai entró en erupción y a consecuencia de ello ocurrió un tsunami y recientemente se revelaron imágenes satelitales de Tonga antes y después de este suceso.
Los daños llegaron a arrasar con toda clase de construcción, dejando hasta tres personas fallecidas.
No se conoció la magnitud de la devastación hasta hoy debido a que las comunicaciones se vieron obstaculizadas por la ruptura de un cable submarino.
Hoy por hoy, pareciera que no queda nada de Tonga.
Gracias a los satélites y aviones que sobrevuelan la zona se consiguió observar que todo está cubierto por un manto de cenizas.
Las autoridades explicaron que el aeropuerto principal del país, el Fua’amotu, no resultó dañado por la erupción y el tsunami, pero la densa ceniza impide que funcione y dificulta el socorro internacional.
“La prioridad ahora será hacer llegar los suministros a Tonga, y la mayor limitación en este momento… es el aeropuerto. Todavía hay una cantidad significativa de ceniza”, señaló Zed Seselja, ministro australiano para el Pacífico.