El Reino Unido se convirtió este 2 de diciembre en el primer país en autorizar el uso de la vacuna contra el COVID-19 de los laboratorios Pfizer-BioNTech, adelantándose a las decisiones que tomarán en las próximas semanas Estados Unidos y los gobiernos de la Unión Europea.
La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA, por sus siglas en inglés) aseguró que la aplicación del antídoto es segura para proteger contra la enfermedad que provoca el virus SARS-Cov-2.