Bashar al-Ásad fue derrocado de su cargo como presidente de Siria tras más de 20 años de mandato. Los rebeldes ingresaron a Damasco y derrocaron el régimen de la familia al-Ásad, quienes reinaban en Siria desde hace más de 50 años. El ahora exmandatario dejó el país y fugó a Rusia, mientras que los rebeldes liberaron a gran cantidad de presos.