Éder, un héroe anónimo que llegó al torneo casi como relleno en la plantilla lusa, dio este domingo a Portugal el primer título de su historia, una Eurocopa que mereció por su capacidad de supervivencia durante el torneo y en una final ante Francia en la que ni la ausencia de Ronaldo la descompuso, frente a una decepcionante selección francesa.
Fue Eder, curiosamente un delantero que ha revivido en Francia con el Lille, el que, con un disparo desde fuera del área en el minuto 109, sentenció una final sin juego, en la que Francia no fue capaz, siquiera de aprovechar la lesión de Cristiano Ronaldo.