Durante el último domingo de Pascua, mientras Lucy y Ella Hammerstrand, caminaban cerca del río St. Croix junto a Gus, el perrito goldendoodle de sus abuelos, observó al animal arriesgar su propia vida con tal de salvar a una nutria.
Cleo Young explicó que observó cómo el can saltó al agua y se adentró a una distancia de 15 metros. Ambas mujeres quedaron confundidas por el actuar de Gus, ya que además de frío, el perro perdió una de sus patas traseras.
La familia explica que no sabían si Gus podía nadar, ya que recientemente fue diagnosticado con cáncer y en febrero de este año fue necesaria la amputación de su pierna trasera.
Ese día la familia descubrió que Gus nadaba de forma impecable con sus tres patas. Y cuando salió del agua entendieron la razón de lanzarse a la corriente fría.
“¡Primera vez que nadaba con tres patas y salió del agua con una nutria bebé en la boca!”, explicó Ella. Lucy explicó que intentaron encontrar a la madre, aunque no tuvieron éxito.
Por esa razón envolvieron a la cría en una manta y la llevaron al Centro de Rehabilitación de Vida Silvestre de Minnesota.
“Era tan lindo. Sus ojos ni siquiera estaban abiertos todavía. Solo podías ver sus pequeñas uñas y su pequeña cola. Casi estaba acurrucado en una pequeña bola”, explicó Ella.
La cría de nutria, que tiene alrededor de ocho semanas de nacido, fue realmente salvado, pues se explica que era demasiada pequeña para nadar por su propia cuenta. Desde su rescate recibió traslado a un centro de rehabilitación especial.
“Creo que él (Gus) sabía que la nutria estaba dolida y que algo andaba mal… definitivamente recibió muchas golosinas después”, agregó Ella.