Este jueves, el papa Francisco promulgó nuevas medidas que busca evitar casos de corrupción en Ciudad del Vaticano. Las nuevas medidas son sobre la contratación de personal administrativo y de áreas financieras; esto luego que la Santa Sede se viera involucrada en una serie de escándalos por la gestión de inversiones.
De esta manera, quienes sean contratados para trabajar en la Santa Sede, deben firmar una declaración y renovarla cada dos años. En ella aseguran no tener cargos pendientes o estar siendo investigados en el Vaticano o en el extranjero, no poseer bienes de procedencia ilícita y tampoco bienes contrarios a la doctrina de la Iglesia Católica.
En la declaración se establece que una vez asumido el cargo, la persona no podrá recibir regalos que superen los 40 euros.
La Secretaría para la Economía realizará las “comprobaciones sobre la veracidad de las declaraciones realizadas en papel por los declarantes, y la Santa Sede, en caso de declaraciones falsas, podrá despedir al empleado y reclamar los daños y perjuicios sufridos”.
La normativa publicada en el ‘Osservatore Romano’, diario oficial de la Santa Sede, corrige, sustituye o añade las eventualidades disposiciones anteriores que no las contemplan.
Esta nueva normativa también entrará en vigor para el personal ya está contratado.
Estas nuevas medidas llegan en un momento en el que investigaciones vaticanas han revelado que se contrató a intermediarios financieros como Gianluigi Torzi. Este hombre es acusado de engañar al Vaticano con la compraventa de un inmueble en Londres y creó un agujero de cerca 400 millones de euros de las arcas de la Santa Sede.
Francisco señala que quienes prestan su obra a los ministerios e instituciones vinculadas a la gobernación del Estado “tienen la responsabilidad particular de rendir la fidelidad de que habla el Evangelio, actuando según el principio de transparencia y en ausencia de cualquier conflicto de interés”.
Fuente: El Periódico