Los padres de Aldo Clavel, un estudiante de 17 años que el pasado 17 de junio decidió acabar con su vida, aseguran que el menor sufría hostigamiento, violencia psicológica y humillaciones por parte de una de sus maestras.
El día que el estudiante de Puebla (México), fue localizado sin signos vitales dentro de su residencia, las autoridades educativas del bachillerato se mostraron insensibles. Los progenitores relataron ante medios de comunicación que el director del instituto se comunicó con el padre de Aldo para solicitarle que él y su esposa firmaran un documento que deslinda de cualquier responsabilidad a la institución.
Cuando ambos padres se negaron a firmar, el pedagogo intentó persuadirlos señalando que “lo acontecido no fue tan grave”. Ellos sostienen que en cuatro ocasiones denunciaron los tratos que la docente tenía para con el menor.
La madre indicó que al momento de negarse a firmar, el director señaló: “No podré dormir esta noche, señora”. Ella sostuvo ante los medios: “Si él no pudo dormir ese día, yo no voy a poder dormir nunca, porque mi hijo ya no está más aquí”.
Claudia Martínez explicó que en diversas ocasiones Aldo le solicitó ayuda para frenar el hostigamiento que recibía a diario por la docente de Matemática.
Aunque los padres solicitaron al director que tomara acciones para evitar que el menor sufriera de acoso escolar, este se negó a actuar.
“Me decía que no quitarían a la maestra, que quien estaba mal era mi hijo y no ella, les advertimos que era un peligro que siguiera dando clases (…). Nunca pedimos que la dejaran sin trabajo, sólo que la capacitaran, que le dieran nuevas herramientas para que supiera tratar a los alumnos y no quisieron”, detalló Martínez.
Maestra habría motivado al menor a acabar con su vida
Claudia explicó que el hostigamiento hacia Aldo inició tras pedirle que participara en un concurso de Matemática, prometiéndole obtener un 10 en su materia. Frente a todo el grupo de estudiantes le aseguró que no cumpliría su parte del acuerdo.
Durante más de tres meses las agresiones contra Aldo continuaron, y finalmente, sus compañeros decidieron alejarse de él. La situación llegó a ser tan estresante para el menor que constantemente sufría de insomnio, falta de apetito, mareo, dolor de cabeza y ansiedad.
La hermana mayor de Aldo relató: “Él sabía que lo amamos, siempre se lo decíamos, éramos muy unidos y él siempre fue amoroso con todos y nosotros con ellos, sabíamos que la pasaba mal, pero nunca lo dejamos solo”.
Aunque los padres ya no permitieron que Aldo asistiera a clases presenciales, el estrés y acoso que la maestra ejercía sobre él continuó aumentando.
Autoridades educativas del estado informaron que ya se cuenta con la carpeta de investigación. Mientras tanto, la docente está suspendida del cargo, pues no es la primera vez que se tenían denuncias sobre ella.