Buscando proteger a su hija del Covid-19, el carpintero salvadoreño William López, creó un escritorio especial. Según explica el padre de familia, tomó la decisión de realizar este pupitre, cuando las clases presenciales iniciaron.
La pequeña Allison López, asiste a la escuela pública del cantón San José Cortés, en la Ciudad Delgado (San Salvador). Allí, se reservó un espacio para colocar su pupitre. Y, aunque el resto de sus 11 compañeros mantienen la distancia mientras se imparten clases, el padre cree que el escritorio sirve para recordarlo.
Según explicó López, el escritorio fue hecho con madera de conacaste y cortez blanco, además de un vidrio de tres milímetros de espesor. En total, el padre invirtió siete horas para armarlo, y el costo de fabricación podría rondar los 115 dólares.
“Me siento bastante seguro que mi hija esté allí recibiendo la clase (…) es para protegerla sobre el virus, ya que es un virus bastante contagioso”, afirmó el salvadoreño. El escritorio no es todo. La menor asiste a la escuela llevando mascarilla, careta y alcohol en gel.
López explicó que tomó la idea de fabricar el escritorio, luego de ver imágenes de un grupo de niños de China, que estaban en un salón de clases en cubículos especiales para cada uno.
“Sería buena idea implementarlo a nivel nacional. Sería bastante ordenado ya que todos (los alumnos) estuvieran en su cubículo recibiendo sus clases, sería excelente”, comentó a AFP.
Desde el 6 de abril, los estudiantes de El Salvador, iniciaron la modalidad semipresencial. No es obligatorio que los niños asistan de forma presencial, pero los padres podían optar por esta opción.
Fuente: Multimedios