El Miércoles de Ceniza, el primero de la Cuaresma, marca el inicio de un período de 46 días antes del Domingo de Resurrección.
Esta fase es fundamental para la preparación espiritual y el bautismo en el cristianismo, dado que coincide con importantes eventos bíblicos.
Entre ellos, se destacan los 40 días que Jesús pasó en el desierto, los 40 años que el pueblo de Israel vagó por el Sinaí, y los 40 días de ayuno de Moisés en el monte Sinaí y de Elías en el Horeb.
Este día es significativo porque resalta la importancia del arrepentimiento, la reflexión y la renovación espiritual.