La historia cuenta que la tradición como parte del paso de la procesión de la Inmaculada Concepción, celebrada el 8 de diciembre de cada año.
Las quemas del diablo simbolizan la purificación y la eliminación de todo lo malo que ha ocurrido durante el año.
Actualmente se comercializan gran cantidad de piñatas en formas de diablos para representar el mal y quemarlo.