En una semana cobra vigencia la segunda fase del acuerdo gubernativo sobre la clasificación de desechos sólidos comunes.
Las familias guatemaltecas, a partir del 11 de febrero, deberán discriminar sus desechos en orgánicos, reciclables y no reciclables, medida que busca contribuir al medio ambiente y tener un impacto positivo en la economía del país.
Esta iniciativa pretende fomentar prácticas responsables y sostenibles que beneficien tanto al entorno natural como a la sociedad en general.