La actriz de 33 años habría participado en un retiro espiritual conocido como Kambó, que utiliza veneno de rana con fines supuestamente terapéuticos.
La tragedia se produjo durante un ritual ancestral, que utiliza el veneno de la rana, busca, supuestamente, purificar el cuerpo y la mente mediante la aplicación de la sustancia en quemaduras superficiales en la piel.