Moody’s rebajó la calificación crediticia de Estados Unidos de triple A citando el aumento de la deuda federal y los costos de interés.
Esta decisión deja al país sin la máxima calificación de las tres principales agencias, tras rebajas anteriores de Fitch en 2023 y S&P en 2011.
A pesar de la rebaja, Moody’s cambió la perspectiva de negativa a estable, reconociendo la fortaleza institucional y económica de EE.UU.