Tras la declaratoria de Los Ángeles como un santuario para inmigrantes, diversas comunidades manifestaron su postura. Esta decisión confirma que ninguna administración colaborará con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. Los inmigrantes, por su parte, aseguraron que continuarán trabajando por el bienestar de sus familias.