El cuerpo sin vida, hallado en un barranco de 100 metros de profundidad, pertenece a un hombre que había sido reportado como desaparecido por sus familiares desde el primero de enero.
Algunas personas indicaron que habían visto al hombre caminar a la orilla del barranco hablando que escuchaba voces.
Las autoridades iniciaron las investigaciones para determinar si la muerte del hombre se trata de un accidente o de un crimen.