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En un partido donde un equipo claramente salió a buscar el tercer lugar y otro jugaba a manera de trámite, se impuso la lógica y la Bélgica motivada.
El primer tiempo estuvo más movido que el suplementario, con varias acción de peligro de lado y lado, siendo la primera que hubo la única que convertirse en un gol.
Thomas Meunier anotó un gol tras un centro de Chadli al minuto 4 para poner en la delantera a los Diablos Rojos, quienes después de marcar no parecían estar conformes con la victoria por la mínima.
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Pero Inglaterra también generó su peligro de a momentos, incluyendo un remate de Harry Kane que se fue apenas desviado por un resbalón del delantero al momento de ejecutar el disparo.
La segunda parte fue de más cautela, pero con un guión similar a la primera fase. Bélgica generó más peligro aún y cuando el mismo fue escaso a lo largo de los 45 minutos.
Para el marcador final debimos esperar hasta el minuto 82 y un Eden Hazard que marcó, participando así en su quinto gol del torneo, más que todos los demás jugadores del torneo, salvo Kane.
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Así, Bélgica terminó como la merecida tercera en el Mundial, dejando a Inglaterra relegada al cuarto puesto. Sin embargo, para los Tres Leones este resultado supone el mejor que han conseguido en 28 años, cuando en Italia 1990 también cayeron en semis y perdieron el partido por la tercera plaza.
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Tomado de: onefootball.com
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