En abril de este año, Japón habló de sus planes de verter el agua de la central nuclear de Fukushima en el océano. Esta semana comunicó que la manera de deshacerse del agua almacenada es vertirla por un túnel submarino.
De esta forma, Japón planea desaguar más de un millón de toneladas de agua contaminada con residuos radioactivos, que se acumulan desde marzo de 2011.
Tras siete años de debates sobre la mejor forma de eliminar los residuos, autoridades acordaron filtrar el agua varias veces para eliminar la mayor parte de las sustancias radioactivas. Sin embargo, el tritio no puede ser eliminado con las técnicas actuales. Tras el tratamiento residual, el agua se bombeará por una tubería submarina que penetrará casi un kilómetro en el océano.
La empresa operadora de la planta, añadió que en marzo de 2022 iniciará la construcción de dicho “túnel” que se encontrará en el Océano Pacífico.
La idea de utilizar una tubería submarina es evitar que el agua con rastros de contaminación regrese a las costas y afecte a pescadores y agricultores de Fukushima. La empresa añadió que está dispuesta a pagar indemnizaciones por algún efecto que sea provocado por el bombeo del agua hacia el océano.
Pescadores y agricultores de la región han cuestionado la decisión, pues temen que esto afecte aún más la imagen que se tiene de sus productos entre los consumidores.
Fuente: DW