En una de las pequeñas islas subantárticas, llamada Marion, se ha descubierto que los insectos ya no pueden volar. Expertos de la Universidad de Monash en Australia publicaron los resultados de su estudio esta semana en revista Proceedings of the Royal Society B.
Los expertos han llegado a determinar que el viento juega un papel importante, pero no es del todo la explicación de este suceso. Según explican, en la isla analizada, las moscas caminan y las polillas se arrastran, mientras que otras han pedido sus alas.
Rachel Leihy, una de las autoras del estudio explica que esto ya había sido señalado por el naturalista Charles Darwin. “Si vuelas, te lanzan al mar. Los que quedan en tierra para producir la próxima generación son los más reacios a volar, y eventualmente la evolución hará el resto”.
Para Leihy, las condiciones climáticas han hecho que el vuelo de estos animales sea más difícil y energéticamente costoso.
Es por ello que los insectos han dejado de invertir sus esfuerzos en volar, y las energías de sus músculos y alas se ha redirigido hacia la reproducción.
“Es notable que después de 160 años, las ideas de Darwin continúen aportando conocimiento a la ecología”, señala la experta.
Steven Chown, profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas, explica que la región antártica es un laboratorio extraordinario para resolver algunos de los misterios más duraderos del mundo.
Fuente: El Confidencial