La selección de Uzbekistán celebró a lo grande su primera clasificación a un Mundial tras 34 años de intentos infructuosos, asegurando su boleto para la Copa del Mundo 2026 tras el empate 0‑0 contra Emiratos Árabes Unidos. El logro marcó el debut del país en la cita planetaria, en un grupo donde destacó la sólida actuación del arquero Utkir Yusupov, autor de tres cruciales atajadas.
Pero el festejo no quedó sólo en el campo: el presidente Shavkat Mirziyoyev organizó una ceremonia exclusiva en Tashkent, durante la cual entregó 40 autos eléctricos BYD a jugadores y cuerpo técnico. El acto fue puro espectáculo: los vehículos, con un gran rótulo “regalo presidencial”, fueron alineados en el Milliy Stadium y las llaves distribuidas en el césped. Cada auto, valuado en unos 50 mil euros, simbolizó el reconocimiento al esfuerzo colectivo.
Además del obsequio automotor, se otorgaron honores estatales: los jugadores recibieron títulos como “Orgullo de Uzbekistán”, junto con órdenes y medallas en virtud de un decreto presidencial firmado para destacar su contribución al deporte nacional. El presidente resaltó que este logro quedará “grabado con letras de oro” en la historia del país.
Este reconocimiento se suma a una tradición ya iniciada: en abril, los jugadores de las categorías juveniles también habían sido premiados con vehículos tras ganar el título sub‑20 de la AFC. La estrategia demuestra el énfasis que el gobierno da al deporte, utilizando incentivos tangibles para motivar a las futuras generaciones y consolidar el fútbol como bandera nacional.