Los tres disparos en el rostro, que recibió el guardia del sistema penitenciario, que resultó muerto durante el ataque armado en Zona 1 capitalina, hace pensar a los peritos del Ministerio Público, que este habría sido el blanco de los criminales.
De acuerdo a las pericias acumuladas hasta el momento, las heridas que acabaron con la vida del agente suelen presentarse en casos de ajustes de cuentas. Sin embargo, otra línea de investigación, que aún no se descarta, es el posible enfrentamiento entre bandas criminales por la disputa de supremacía. Cabe indicar que el agente fallecido deja en la orfandad a dos niños.