El anuncio del primer centro de adoración a la Muerte en Cantel, Quetzaltenango, ha generado una gran controversia entre la comunidad local. Ubicado a aproximadamente 195 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, este centro espiritual ha causado inquietud y rechazo debido a su posible vinculación con prácticas delictivas.
Rechazo de la comunidad
La intranquilidad en Cantel comenzó cuando se anunció la apertura de este centro, lo que llevó a los habitantes de la zona a bloquear las entradas y salidas de la comunidad en señal de protesta. Uno de los principales reclamos es que la solicitud de licencia de construcción en la municipalidad fue rechazada, sin embargo, el proceso continuó.
Abelino Puac, alcalde comunitario, declaró que este no es un problema personal, sino un tema que afecta a toda la comunidad, así como del municipio. Y es que, otras localidades cercanas se han unido al rechazo de la instalación del centro.
Entrevista con la fundadora del centro de adoración a la Muerte
La fundadora y propietaria del centro espiritual accedió a hablar con el equipo de Noti7, aunque prefirió mantener su identidad en el anonimato por razones de seguridad.
Durante la entrevista, ella afirmó que el centro no es un lugar público, sino un espacio privado de adoración. Según sus palabras, este lugar es un sitio de unión y fe, donde algunas personas se reúnen para compartir creencias y realizar ceremonias con elementos como el copal, tabaco, veladoras y canela.
Además, ella aclaró que simplemente busca un espacio donde las personas que comparten su fe puedan reunirse y reiteró que aunque el centro es privado, no le cerrarán las puertas a aquellos que lo busquen. “Nos juntamos a platicar, a aprender. Lo que nos une en realidad es la fe, es un espacio de unión de fe y eso es lo que hacemos en este lugar”, afirmó.
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¿Amenaza para la comunidad?
La fundadora expresó que, en su creencia, las energías en las que confían son de amor y luz, y que su propósito es servir como un espacio a quienes desean conectarse con estas energías.
Por otro lado, aclaró que el sitio no está ligado a ningún grupo delincuencial. Sin embargo, advirtió que no pueden controlar las ofrendas que los creyentes decidan hacer a la Muerte, a quien ella se refiere como “la Santita”.