La semana pasada, el Gobierno de Francia prohibió el uso del lenguaje inclusivo en todas las escuelas del país. Para ello se señaló que este lenguaje “constituye un obstáculo para la lectura y la comprensión de la escritura”.
Con esta decisión, se pone fin a un debate que desde hace años ha dividido a lingüistas y a la comunidad educativa.
Jean-Michel Blanquer, ministro de Educación, destacó que el adoptar este tipo de lenguaje modifica el respeto a las reglas de concordancia “habitualmente esperadas en el marco de los programas de enseñanza”.
“Se debe prohibir el recurso de la denominada escritura ‘inclusiva’, que utiliza notablemente el punto medio para revelar simultáneamente las formas femeninas y masculina de una palabra usada en masculino cuando se usa en un sentido genérico”, señala la circular publicada en el Boletín Oficial del Estado, el pasado 06 de mayo.
A esto añade: “Nuestra lengua es un precioso tesoro que tenemos la vocación de compartir con todos nuestros alumnos, en su belleza y fluidez, sin rencillas y sin instrumentalizaciones”.
El ministro señaló que por tanto, de las aulas tendrán que desaparecer las grafías “les dépué·e·s”, que es una combinación entre el plural masculino (députés) y el femenino (députées), en el que la actualidad, la regla gramatical indica que el género masculino se imponga.
Pese a la negación a utilizar lenguaje inclusivo, el ministro respalda que se feminicen algunas palabras, sobre todo las profesiones. También pide que los docentes respeten “la igualdad entre niñas y niños” a través de “la lucha contra las representaciones estereotipadas”.
Fuente: DW