Valérie Bacot, una francesa de 41 años, quedó físicamente en libertad, luego de décadas de ser víctima de un abusador y de pasar un año de prisión provisional. El Tribunal de Saone-et-Loire, al este de Francia, la condenó el viernes a cuatro años de cárcel, tres de ellos con remisión de pena.
La francesa indicó en un libro publicado en mayo, que había matado a tiros a Daniel Polette en 2016, asegurando que lo había hecho en defensa propia.
Ese mismo libro autobiográfico, contó cómo el hombre la abusó cuando tenía 12 años. En ese momento, el hombre 25 años mayor que ella, era novio de su madre.
En 1996 se condenó a Polette fue violación a una menor y ella se libró de sus abusos por dos años y medio. Sin embargo, cuando quedó libre el abuso continuó y producto de ello resultó embarazada a los 17 años.
Durante 18 años, Bacot y Polette tuvieron cuatro hijos, dos de los cuales ayudaron a enterrar el cuerpo de su padre. En 2019, cada uno recibió una sentencia de prisión suspendida de seis meses por ocultar un cadáver humano.
Bacot fue sometida a repetidas palizas e incluso fue obligada a prostituirse. Polette había amenazarlo con matarla a ella y a sus hijos si se atrevía a abandonarlo.
El 13 de marzo de 2016, le pegó un tiro en la nuca a su padrastro y padre de sus hijos. El novio de su hija de 14 años y sus dos hijos de 17 y 16 años, le ayudaron a enterrar el cadáver del hombre.
Tras el descubrimiento, Bacot fue encarcelada durante un año. Aunque el resto de la sentencia quedó en libertad provisional, en el juicio celebrado la semana pasada, corría el riesgo de ser condenada a cadena perpetua por cometer un asesinato con premeditación.
No solo los testimonios de los hijos de Bacot consiguieron su libertad, también los testimonios de la familia de Daniel Polette. Sus hermanos lo describieron como un “enfermo criminal, un perverso” que maltrataba a su padre, y los obligaba a limpiar sus desastres. Su hermana testificó que fue abusada por Daniel cuando tenía 11 años y fue amenazada de muerte.
Bacot declaró que cuando su hija le confesó que su padre comenzó a “interrogarla” sobre relaciones íntimas, temió que su hija fuera víctima de su propio padre y tomó la decisión de acabar con su vida. Intentaron asesinarlo con barbitúricos, una especie de sedantes. Sin embargo, su plan fracasó, aunque consiguió una pistola y acabó con él.
Libre, Bacot, dijo: “Todavía no me lo creo. No sé cómo podré vivir. No sé si podré salir del infierno en el que he estado viviendo. Pero mis hijos me ayudarán. Ellos son toda mi esperanza”.
Fuente: ABC.es