Como un especial de Expedientes, se presentan dos casos de grupos clandestinos que han quedado al descubierto.
Uno de estos grupos no es un secreto, se trata de las pandillas. En Guatemala, casi el 90 por ciento de los casos de desmembramientos están relacionados con las pandillas, ya sea por ser miembro de un grupo rival o ser un integrante que es considerado traidor.
¿Por qué tanta violencia? Una de ella es causar temor a la población y venganza hacia grupos rivales. Sin embargo, esta extrema violencia entre sus mismos miembros es advertirles qué podría ocurrirles si intentan quedarse con dinero de extorsión o ayudan a una persona que no sea miembro de la pandilla.
Todo ello lleva a las pandillas a crear sus cementerios clandestinos. Por lo general, escogen barrancos, áreas de difícil acceso e incluso asentamientos.
Recientemente, los Bomberos Voluntarios localizaron cuatro cadáveres, esto mientras buscaban a los payasos “Chispita” y “Charquito”.
Pero no todos los delincuentes intentan pasar desapercibidos. El otro caso analizado por el equipo de Expedientes es de personas que trabajan como médicos bajo la clandestinidad.
Se trata de una clínica especializada en el tratamiento psiquiátrico, pero que las personas que realizan el manejo de pacientes no son psiquiatras ni psicólogos.
Durante una cita agendada por el equipo de Expedientes, la “psicóloga” le señaló que podría comenzar a experimentar varias enfermedades físicas si no trataba su mente. Y la sorpresa llegó al finalizar la consulta, en donde le ofrecieron la “cura”.