El pasado lunes 14 de diciembre, por dos minutos y 10 segundos un eclipse total de Sol cambió el escenario natural en una “diminuta” franja de 90 kilómetros de ancho que cruzó la Patagonia de Argentina y Chile.
Dicho fenómeno astronómico tuvo un gran impacto en la naturaleza. En el cielo, el día se hizo noche, un anochecer permitía observar un anillo solar brillante, una Luna negra, planetas como Mercurio y Venus y algunas de las estrellas más brillantes del cielo.
En tierra, los privilegiados observadores entraron en un cono de sombra que hizo caer la temperatura entre 3 y 5 grados, se incrementó el viento y el horizonte se hizo igual de luminoso en los 360 grados de dirección para asombro de los presentes.
Cabe señalar que el eclipse solar es un evento único donde la Luna arroja una sombra en la Tierra, bloqueando completa o parcialmente la luz del Sol en algunas áreas.
Se trata de una alineación exacta de los tres cuerpos que conjugan en un mismo punto en el espacio y que ocurre cada 18 meses en algún lugar de la Tierra. El próximo se registrará el 4 de diciembre de 2021 y podrá ser visto en la Antártida.
Es sabido que en cada eclipse, los científicos aprovechan para estudiar en detalle la corona solar, esa “atmósfera” del Sol que es imposible observarla a simple vista o con telescopios, a menos que haya un eclipse solar total.
La corona solar es una región de violentas explosiones que lanzan plasma, un gas súper caliente y con carga electromagnética que conforma la atmósfera exterior del Sol.
Durante un eclipse solar total, la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, bloqueando su intenso brillo y permitiendo observar la corona que lo rodea. Se trata del momento cumbre del espectáculo astronómico, donde durante unos 2 minutos puede verse un anillo blanco en el cielo.
En ese momento los científicos aprovechan para estudiar la estructura de la atmósfera del Sol y analizar su evolución. Esta misteriosa corona solar es uno de grandes enigmas de la astronomía ya que es mucho más caliente que la superficie del Sol. Mientras la superficie solar supera los 5.500 Cº, la corona puede alcanzar una temperatura 400 veces mayor.
Una de las curiosidades que presentan los eclipses solares totales es que, según afirman los científicos, no serán por siempre. Debido a que la Luna se aleja todos los años 3,8 centímetros de la Tierra, dentro de un milenio la circunferencia lunar no llegará a tapar por completo el disco del Sol, por lo que en la Tierra no se podrán observar más los espectaculares eclipses solares totales.
Este fenómeno también tuvo efectos imperceptibles, como la pérdida repentina de la radiación ultravioleta extrema del Sol, que genera la capa ionizada de la atmósfera de la Tierra, llamada ionosfera. Esta región en constante cambio crece y se reduce según las condiciones solares.
Otra de las modificaciones ligadas a la variación de la temperatura es el cambio de dirección y velocidad del viento, tal como reveló una investigación de la Universidad de Reading (Reino Unido). Esto sucede debido a que el aire caliente deja de elevarse desde el suelo y se extiende durante el transcurso del eclipse.
El fenómeno también repercute en el estado y percepciones de animales y plantas, ya que por breves minutos estarán desconcertados al producirse una oscuridad similar a la del anochecer, para luego volver a ser de día.
Fuente: infobae.com