Un trabajador estadounidense falleció tras caer a un caldero de hierro fundido a más de dos mil grados. El insólito suceso ocurrió la mañana del 02 de junio, pero es hasta ahora que se conoce de él.
Steven Dierkes, un hombre de 39 años, se encontraba en la zona de fusión de la planta ubicada Mapleton, Dakota del Norte (Estados Unidos), cuando de repente cayó a un crisol lleno de hierro fundido. Según recogen medios locales, el metal se encontraba a más de 4.600 grados Fahrenheit (2.537 grados centígrados).
Hasta el momento, se ignora cómo ocurrió el incidente. Sin embargo, se tiene la sospecha que el hombre pudo haber resbalado o tropezado en la plataforma.
Se conoció que Dierkes llevaba poco tiempo trabajando en la fábrica, razón por la que podría no estar acostumbrado a su funcionamiento.
“Solo había estado allí durante cinco días y no tenía entrenamiento suficiente para estar en el piso de hierro”, explicó un testigo a Diario Nueva York.
Las autoridades indicaron que tuvieron que esperar cerca de una hora para que los restos del hierro se solidificaran y la planta fuera evacuada.
“El contenido del crisol fue puesto en otro contenedor para enfriarse. Varias horas después, mi personal y yo pudimos buscar entre los pedazos de metal y recuperar sus restos”, indicó el forense Jamie Harwood.
Se determinó como causa de muerte “aniquilación térmica”.