Durante el sepelio de los nueve integrantes de la familia LeBaron, quienes fueron asesinados aparentemente por el crimen organizado en México, en el rostro de la comunidad mormona se observaba dolor, tristeza y rabia.
Hasta el momento se desconocen los motivos del crimen. Sin embargo, las autoridades mexicanas han considerado que las víctimas quedaron en medio de una guerra de narcotraficantes.
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Los restos de las víctimas eran llevadas en ataúdes rústicos, elaborados por la comunidad mormona. Más de cinco mil personas llegaron a darles el último adiós.
Uno de los familiares exigió justicia, no sólo para los integrantes de su comunidad, sino para las decenas de miles de mexicanos que han sido asesinados o desaparecidos en los últimos años.
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“Lo que estás viendo aquí, Ejército, Guardia Nacional, está bien, pero está pasando porque tenemos doble ciudadanía”, dijo Kenneth Miller, quien perdió a su nuera y cuatro nietos en la emboscada. “Me gustaría que les llegue la justicia a los que no tienen voz, a las mujeres que no pueden encontrar a sus maridos”, subrayó.
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